Lic. Liliana Bogarín

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Y vamos por el cuarto capítulo de Penosa, en mi novela corta “Amando también se sufre, la historia de Penosa”, espero sea interesante y cada vez se va poniendo mejor!!

CAPÍTULO 4

La joven Penosa iba y venía con papeles y documentos, en su trabajo era muy dedicada. Y definitivamente, era muy inexperta en el amor. “Soñadora e inexperta”, una combinación no muy recomendable en el amor, pensaba Penosa. No le fue difícil encontrar trabajo. A pesar de que siempre fue escaso en su país, Paraguay, “el trabajo no le falta a las personas que lo buscan de verdad”, seguía pensando Penosa. Era la década de los años 80’s y Penosa contaba con 20 años de edad. Nunca pensó que el amor llegaría a su vida de forma repentina. El gran amor de Penosa fue Cipriano Altares. Un hombre poco comunicativo, alto, delgado y de la misma edad de Penosa. Se conocieron en un cumpleaños. Y desde allí, Cipriano le dedicaba poemas de amor a Penosa. Él la trataba de enamorar de todas las formas hasta que logró que ella se fijara en él. Y, sobre todo, que lo amara. Penosa fue presa fácil del amor, ya que era su primer amor, y ella estaba muy ilusionada.

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