Particularmente no me gusta, ningún fanatismo es bueno, pero es un modelo de mujer que muy pocas logran ser, es irreal y da malos ejemplos a la juventud y niñez, son bellas pero las mujeres no toda la vida seremos Barbies, todas en la adolescencia lo somos, porque se pierde peso con más facilidad, pero después de los 30 y después de tener hijos el cuerpo cambia, y cuando se entra en la ancianidad la “Barbie” es solo un recuerdo, y no ayuda a la autoestima de las mujeres, por eso considero que fanatizarse por ser o parecer una Barbie va en contra de nuestra propia naturaleza femenina. Todas somos diferentes y tenemos cualidades únicas, debemos valorarnos tal y como somos, y amarnos como Dios nos ama, así también demostrar empatía hacia nuestro prójimo, muchas veces la obesidad no es por comer mucho solamente, aceptarnos tal y como somos es un gran paso para mejorar como seres humanos.
Autora: Lic. Liliana Bogarin Cáceres – Teacher